martes, 31 de enero de 2012

Qué son las drogas digitales o e-drugs?

Un nuevo fenómeno circula por la red y se ha empezado a instalar en Francia bajo el nombre de “e-drugs” o drogas digitales sonoras, cuyos efectos sobre los consumidores aún se desconocen. Cedro advierte peligros de este uso

Las ‘drogas digitales’, o fichas músicales que pueden ser bajadas de internet y que prometen sensaciones parecidas a las provocadas por la cocaína o el LSD, desembarcaron en Francia provenientes de Estados Unidos, donde seducen a los jóvenes.
Las drogas ya no necesitan ser inyectadas, ingeridas o fumadas; ahora pueden ser escucharse, en ‘dosis digitales’, aseguran algunos sitios de internet, que venden frecuencias sonora de 15 a 30 minutos que posibilitan, según afirman, experimentar sensaciones fuertes, como alucinaciones.
En Youtube pueden verse algunos filmes donde jóvenes, acostados en la oscuridad y con un casco en los oídos, entran supuestamente en trance gracias a ‘estupefacientes digitales’ que han descargado de la red.
Las ‘dosis digitales’ reposan en la técnica de pulsaciones auriculares, es decir en la emisión en cada oído de dos sonidos similares pero en los que la frecuencia difiere, lo que tiene por efecto alterar las ondas cerebrales, explicó a la AFP la neuropsicóloga Brigitte Forgeot.
“Es posible gracias a este método llevar al cerebro a producir ondas lentas, como las ondas alfa, asociadas a los estados de relajamiento, o aun más rápidas, como las ondas beta, asociadas a estados de vigilancia y concentración”, precisó Forgeot.
Se trata de un fenómeno neurológico que puede producir una especie de hipnosis sonora, señala la experta, que ha estudiado los efectos clínicos y neuropsicológicos de este tipo de sonidos.
En internet, el sitio I-Doser.com, que asegura ser el líder en el mercado de las ‘sustancias digitales’, propone desde hace cinco años en su tienda en la red unas 200 ‘dosis’ diferentes, para las cuales es indispensable utilizar un casco en los oídos.
El precio de estas ‘dosis digitales’ varía de 2,50 a 199,95 dólares, se comprueba en el sitio en internet.
Disponibles desde 2007 en el sitio estadounidense Cnet.com, las ‘dosis digitales’ se han descargado más de 1,4 millones de veces. Sólo en el transcurso de la semana pasada, ese sitio registró 18.000 descargas.
Las dos fichas musicales más caras, bautizadas ‘Gate of Hades’ (‘Puerta del Hades’) y ‘Hand of God’ (‘Mano de Dios’),de una duración de 30 minutos, pueden, según su descripción, sumir al que las escucha ya sea en las peores pesadillas o en un estado de calma y beatitud.
“El efecto de los sonidos cesa desde que se dejan de escuchar”, explicó Forgeot, señalando sin embargo que “la utilización intensiva de los sonidos estimulantes pueden generar a la larga perturbaciones de sonido o ansiedad, como pueden hacerlo la utilización de muchos psicoestimulantes”.
Inspirado en el funcionamiento del tráfico de drogas no virtuales, el sitio I-Doser.com propone probar gratis varios de sus productos.
Al igual que el narcotráfico, se apoya asimismo en una red de revendedores (‘dealers’) reclutados por el sitio y remunerados hasta en un 20% de la facturación de las dosis.
Interrogada sobre la posibilidad de que estas drogas digitales provoquen adicción, Brigitte Forgeot estima que “no hay ningún riesgo” de que puedan crear dependencia, como sí lo hacen las drogas reales.

Por eso, aunque los detractores de las drogas digitales lanzan llamamientos de prudencia, las autoridades no tienen en su agenda prohibirlas, según confirmó a la AFP la Misión Interministerial de Lucha contra la Droga y la Toxicomanía.

EN EL PERU:
El coordinador del programa “Lugar de Escucha” de Cedro, Milton Rojas, advirtió a los padres de familia sobre los peligros del uso de las denominadas drogas digitales, las que a través de internet son de fácil acceso a la juventud y pueden desencadenar psicosis o ser un puente para el consumo de drogas reales.
Estas “drogas” modernas son sonidos monótonos, que se pueden descargar por internet, emitidos en dos frecuencias diferentes, una para cada oído, que al ser percibidas por el cerebro causan estados de alteración de la conciencia.
Rojas no descartó la posibilidad de que estos mecanismos digitales puedan inducir a un individuo a buscar sustancias reales como la marihuana o cocaína, a fin de reforzar un determinado estado de conducta.
Aclaró, sin embargo, que es necesario que el individuo ingiera una droga para que se produzca un efecto en el sistema nervioso central y altere el funcionamiento neurobiológico.
“Es harto conocido que cualquier sustancia que altera los estados de la conciencia o el funcionamiento neurobiológico del cerebro deprime, estimula o perturba el sistema nervioso central.”
Dijo incluso que mediante estas denominadas drogas digitales se pueden precipitar trastornos claros de psicosis permanente.

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